La hipofosfatemia ligada a X (XLH), es la forma más común de raquitismo hereditario, causada por mutaciones de pérdida de función en el gen PHEX, lo que da por resultado un exceso de factor de crecimiento fibroblástico 23 (FGF-23), que conduce a hipofosfatemia crónica por pérdida renal de fósforo.
Clínicamente se observa raquitismo, osteomalacia, retraso del crecimiento, deformidad de las extremidades inferiores, dolor y disfunción física que pueden limitar las actividades diarias.
En este trabajo se evaluó la eficacia y seguridad de burosumab, un anticuerpo monoclonal que se une e inhibe al FGF-23, en pacientes con XLH.
MÉTODOS
Se trata de un ensayo de fase 2, de etiqueta abierta, en el que se randomizaron 52 niños entre 5 y 12 años de edad, con XLH y raquitismo activo, a recibir burosumab subcutáneo cada 2 semanas o cada 4 semanas; ajustando la dosis para alcanzar un nivel de fósforo sérico en el límite inferior del rango normal.
El objetivo primario fue el cambio desde el inicio hasta las semanas 40 y 64, en la puntuación de severidad del raquitismo de Thacher (escala de 0 a 10, donde las puntuaciones más altas indican una mayor gravedad de la enfermedad), y en la Impresión Global Radiográfica (herramienta que permite comparar las radiografías obtenidas antes y después del tratamiento), para evaluar los cambios raquíticos.
Los objetivos secundarios fueron los cambios en marcadores farmacodinámicos (reabsorción tubular renal de fosfato, el fósforo sérico, la 1,25-dihidroxivitamina D, y la fosfatasa alcalina en suero), el crecimiento lineal, la capacidad física y las mejoras reportadas por los pacientes, y la incidencia de eventos adversos.
RESULTADOS
El puntaje total de severidad del raquitismo de Thacher disminuyó de 1.9 al inicio a 0.8 a la semana 40, con dosis de cada 2 semanas, y de 1.7 al inicio a 1.1 a la semana 40 con dosis cada 4 semanas (p < 0.001 para ambas comparaciones); estas mejoras persistieron en la semana 64.
El nivel medio de fósforo sérico aumentó después de la primera dosis en ambos grupos, y más de la mitad de los pacientes tenían niveles dentro del rango normal en ambos grupos en la semana 6 (3.2 a 6.1 mg/dL [1.0 a 2.0 mmol/L]). Los niveles de fósforo sérico se mantuvieron estables hasta la semana 64 con una dosificación de cada 2 semanas.
La reabsorción tubular renal de fosfato aumentó desde el inicio en ambos grupos, con un aumento medio general de 0,98 mg/dL (0,32 mmol/L).
La dosis media de burosumab en la semana 40 fue de 0,98 mg/kg de peso corporal con cada dosis de 2 semanas y 1,50 mg/kg con cada dosis de 4 semanas.
En ambos grupos, el nivel medio de fosfatasa alcalina sérica disminuyó de 459 UI/L al inicio a 369 UI/L en la semana 64.
El valor medio del z-score para la talla de pie aumentó en ambos grupos, con una mejoría mayor para la dosificación de cada 2 semanas (aumento de 0.19 en la semana 64 respecto al basal) que con la dosificación de cada 4 semanas (aumento de 0.12 en la semana 64 respecto al basal). La capacidad física mejoró y el dolor disminuyó.
Casi todos los eventos adversos fueron leves o moderados en gravedad.
CONCLUSIONES
En niños con hipofosfatemia ligada al X, el tratamiento con burosumab mejoró la reabsorción tubular renal de fosfato, los niveles séricos de fósforo, el crecimiento lineal y la función física, y redujo el dolor y la gravedad del raquitismo.